Vía: Sochitran. por Carolina Simonetti
En el boletín de agosto pasado se publicó la entrevista de Martín Mackenna, Secretario Ejecutivo de la Junta Aeronáutica Civil (JAC). En esta entrevista relata, entre otras cosas, cómo se enfrentó la pandemia y el rol que tuvieron en la distribución de vacunas. El reportaje que sigue, a modo de segunda parte, se adentra en los desafíos de la JAC en el corto y mediano plazo. Si quieres leer la primera parte antes de continuar, pincha aquí.
En la industria del transporte aéreo se dice que el principal reto del siglo pasado era la seguridad de los vuelos, actualmente es uno de los activos más importantes que tiene esta industria. Hoy es conocido que la siniestralidad en el transporte aéreo es mucho menor que en otros medios de transporte, y todo esto se logró con mucho trabajo en toda la cadena que envuelve el transporte aéreo. De igual forma se dice que para este siglo, el gran desafío del transporte aéreo es la sostenibilidad de la industria.
En término de emisiones, la aviación contribuye aproximadamente al 2% de las emisiones totales globales de GEI; de este monto el 65% corresponde al transporte aéreo internacional y el 35% restante es atribuible a la aviación doméstica. Para el caso específico de Chile, las emisiones del transporte aéreo contribuyen aproximadamente un 0,3% (menos de 1%) de las emisiones totales globales de GEI provenientes del transporte aéreo. Sin duda es un número pequeño en el contexto global y comparado con otros países, pero aun así nos obliga a adoptar acciones decididas desde nuestras propias capacidades pues se espera que estos sean estándares exigibles a toda la industria aérea en el mediano plazo.
La política aerocomercial chilena reconoce al transporte aéreo como una herramienta virtuosa de conectividad para las personas y de relaciones entre los Estados, así como un facilitador clave de muchas otras actividades económicas. Para Chile, esto es particularmente relevante debido a sus características geográficas, por lo que su conectividad doméstica e internacional está íntimamente ligada al transporte aéreo. Por lo anterior, el compromiso de Chile es avanzar hacia un transporte aéreo más sostenible en el país.
En 2021 la Junta de Aeronáutica Civil lanzó el programa Vuelo Limpio, que es el resultado del trabajo entre la Agencia de Sostenibilidad Energética (dependiente del Ministerio de Energía) y la Junta de Aeronáutica Civil (dependiente del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones). Es un programa nacional y de participación voluntaria por parte de los privados, que busca generar un ecosistema colaborativo con actores del transporte aéreo. El programa promueve la sostenibilidad energética en la aviación, mediante la aplicación de buenas prácticas y la captación de otras oportunidades de sostenibilidad energética, con la meta de promover la disminución de los GEI en el transporte aéreo en la industria aérea en Chile. Adicionalmente, el programa procura avanzar en los estándares internacionales propuestos por la Organización de Aviación Internacional (OACI), que se estructura en 4 ejes:
- Mejoras operacionales;
- Avance tecnológico;
- Desarrollo de combustibles sostenibles para la aviación (SAF, sustainable aviation fuels); y
- Medidas basadas en el mercado.
Lo anterior es conocido como la canasta de medidas para reducir las emisiones de CO2 de la aviación civil internacional.
En mejoras operacionales, en el marco de Vuelo Limpio, estamos trabajando en conjunto con la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) y los operadores locales, en impulsar iniciativas que busquen disminuir el consumo de combustible y por consiguiente reducir las emisiones del transporte aéreo. Por ejemplo, tradicionalmente la aerovía que se le indica seguir a un avión consideraba principalmente el factor de seguridad. Con iniciativas como ésta, se busca ir incorporando cada vez más el factor de eficiencia energética dentro de la decisión, lo que finalmente se traduce en menor consumo de combustible gracias trayectos más directos sin sacrificar la seguridad. Otro ejemplo de las medias operacionales que se están trabajando es la búsqueda de optimización de los movimientos de los aviones en tierra para reducir el tiempo en que los motores deban estar encendidos.
Por el lado de la tecnología, los operadores locales componen una de las flotas más modernas del mundo, es frecuente encontrar noticias sobre órdenes de compra de aviones más modernos y eficientes. Por ejemplo, las principales aerolíneas del país han modernizado su flota para operar con aviones de la familia Airbus A320 NEO en el corto alcance y es probable que próximamente estarán operando con los Airbus A321 XLR.
Por parte de las medidas basadas en el mercado, Chile, al ser un estado miembro de la OACI, participa de CORSIA (The Carbon Offsetting and Reduction Scheme for International Aviation), lo que implica que los operadores deban compensar parte de sus emisiones a partir del año 2027 de acuerdo con el desarrollo comparativo que tenga la industria de cada país con respecto al resto del mundo. Chile por el momento no estará obligado a compensar, ni tampoco ha ingresado a la fase voluntaria, sin embargo participa en la implementación de CORSIA mediante el reporte de la información estadística requerida por la OACI.
Si se logra reducir las emisiones de GEI en la aviación, menores serán las compensaciones necesarias. Por eso cada país está avanzando en distintas estrategias para reducir emisiones y, en relación con esto, un importante desafío que tenemos por delante es el desarrollo de los Combustibles Sostenibles de Aviación (SAF) en Chile. Existe un consenso en el mundo respecto a que los SAF serán los grandes contribuyentes a la reducción de GEI en la aviación, por su origen no fósil y por su capacidad de ser utilizados en los aviones de tecnología actual y que seguiremos volando por los próximos 20 años, mientras se desarrollen otras tecnologías de propulsión. En este sentido, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), del MTT y del Ministerio de Energía, vamos a lanzar en los próximos meses una mesa de trabajo público privada para elaborar una estrategia sobre disponibilidad de SAF en todo el país y así aportar aún más a la reducción de GEI. Sumado a ello, en el marco de la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde, se espera en el futuro llegar a ser un país proveedor global de energéticos limpios, incluyendo el uso de combustibles sintéticos en la aviación.
Durante el mes de julio, Chile participó activamente de la REUNIÓN DE ALTO NIVEL SOBRE LA FACTIBILIDAD DE UN OBJETIVO AMBICIOSO A LARGO PLAZO PARA LA REDUCCIÓN DE LAS EMISIONES DE CO2 DE LA AVIACIÓN INTERNACIONAL (HLM-LTAG) organizada por la OACI en Montreal. En esta reunión se concluyó proponer a la próxima 41° Asamblea de la OACI, que los estados miembros se comprometan a adoptar una meta aspiracional y colectiva de tener una aviación net-zero en 2050. Chile trabajará para que se materialice este compromiso en esta Asamblea, que se llevará a cabo en los meses de septiembre y octubre.
Una vez adoptada la meta, los estados deberán trabajar en actualizar sus planes de acción para aportar a este objetivo considerando sus propias circunstancias y respectivas capacidades. Para Chile se abrirá un nuevo desafío de desarrollar un plan coherente con nuestra política exterior orientada a combatir el cambio climático, proteger la biodiversidad y el desarrollo sostenible.